Resumen de El arte de hablar en público
Una vez que hayas empezado a hablar, podrás mejorar observando tus discursos, corrigiendo los errores y escuchando las críticas constructivas. Así que da el paso y el resto caerá en su sitio, serás un maestro del discurso en poco tiempo. Por supuesto, necesitarás mucha práctica, pero aprenderás los consejos y trucos del autor Dale Carnegie en El arte de hablar en público, el mismo autor de libros como “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” “Descúbrete como líder” y “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida“, para sacar el máximo partido a tu práctica. Lo aprenderás todo, desde cómo superar el miedo escénico hasta la importancia de organizar a tu público. Así que si estás preparado para dar el paso, empecemos.
La formación en oratoria no depende de factores externos. No se basa en imitar a los más grandes ni en ajustarse a las normas de la sociedad. La oratoria tiene que ver con el hombre mismo. Se trata del mensaje que emite, que debe ser digno de ser transmitido. A menos que haya algo de valor en su interior, no hay consejos ni trucos de entrenamiento que puedan perfeccionar la pronunciación de un discurso.
Debemos formarnos en el autoconocimiento y tener la capacidad de juzgarnos a nosotros mismos según las normas que hemos llegado a considerar correctas. Por lo tanto, el aprendizaje de los métodos presentados en este libro se convertirá simplemente en algo secundario.
CAPÍTULO 1: VENCER EL MIEDO ESCÉNICO
Muchos estudiantes de oratoria se preguntan continuamente: “¿Cómo puedo superar la autoconciencia y el miedo que me paraliza ante el público?” Piensa en esto. ¿Por qué algunas personas se sienten seguras de sí mismas cuando se lanzan a la piscina, mientras que otras se muestran indecisas, ansiosas y asustadas? Es por la práctica. Puedes leer todos los libros y aprender todos los consejos para hablar en público, pero si nunca te sumerges, ¡nunca superarás el miedo!
El miedo escénico es un temor que conocen muchos oradores populares, y algunos maestros de la oratoria nunca superan del todo el miedo. Por ejemplo, Daniel Webster se puso tan nervioso durante su primer discurso, que tuvo que tomar asiento antes de terminarlo porque estaba muy nervioso. Del mismo modo, grandes oradores como el estadista británico William Gladstone y el clérigo estadounidense Henry Ward Beecher solían ponerse nerviosos antes de los discursos.
CAPÍTULO 2: EL PECADO DE LA MONOTONÍA
Imagina que escuchas la misma canción una y otra vez. Al cabo de un tiempo, la canción se sobrepasa y usted se cansa de la misma melodía, el mismo tono y la misma letra. Sencillamente, se vuelve monótona. Lo mismo puede decirse del orador que da su discurso zumbando con el mismo volumen y tono de tono y utiliza el mismo énfasis, velocidad y pensamientos. Imagina lo aburrido que sería escuchar a un orador sin variación en su voz. A fin de cuentas, la monotonía es mortal.
El arte de hablar en público nos cuenta que la monotonía no sólo es mortal, sino que también revela nuestras limitaciones. Si un orador sólo utiliza algunas de sus facultades, eso indica que el resto de sus facultades no están desarrolladas. Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de no cometer el pecado de la monotonía? El primer paso para dar un discurso dinámico es el énfasis. Veamos la siguiente frase: “El destino no es una cuestión de azar. Es una cuestión de elección”. Dígala en voz alta. ¿Qué palabras enfatizas? Naturalmente, destacarás destino porque es el sujeto de la frase.
Sin embargo, recordemos que enfatizar una palabra no significa que simplemente se hable más alto. “Gritar no es un signo de seriedad, inteligencia o sentimiento”. Claro, las palabras enfáticas pueden ser pronunciadas más fuerte, pero también pueden ser pronunciadas más suavemente. Sin embargo, la verdadera cualidad deseada es la intensidad que proviene del interior. Por lo tanto, cambiar el tono es la primera técnica para crear variedad y enfatizar su mensaje central.
CAPÍTULO 3: LA IMPORTANCIA DE DESPERTAR EMOCIONES
Imagine que dos personas dan un discurso sobre el mismo tema del trabajo infantil. El trabajo de los oradores sería inspirar a su público para que votara a favor de una medida que aboliera el trabajo infantil, así que ¿cómo lo hace un orador? Debe atacar sus sentimientos. Imagina que la primera persona que da ese discurso es un político blanco, alguien que lucha constantemente por los derechos de los esclavos. Sin embargo, el otro orador es una madre negra que acaba de ver cómo sus hijos son vendidos como esclavos en una subasta. ¿A quién escucharías más?
La madre no tenía la técnica de hablar, pero tenía algo aún más grande, algo más eficaz que la razón: el sentimiento. Los mejores discursos del mundo están cargados de fuerza emocional. Eso es porque los sentimientos nos guían por la vida. Son la razón por la que nos acostamos en camas blandas, nos sentamos cerca de la chimenea en los días fríos, comemos tarta de cereza e incluso bebemos limonada en un día de calor abrasador.
Está claro que es más fácil decirlo que hacerlo, así que ¿qué significa exactamente todo esto? Sencillamente, debes fingir que eres un actor, que hablas a través de tu personaje. Transfórmese en su sujeto y podrá inspirar tanto la emoción como la acción de sus oyentes.
CAPÍTULO 4: LA IMPORTANCIA DE LA GESTICULACIÓN
Imagina el árbol de tu jardín. Ese que no crece como a ti te gustaría. Todos los días lo abonas, riegas la tierra y dejas que el árbol tome el sol. Pero aun así, no crece bien. Obviamente, no puedes clavar unas cuantas ramas en el árbol con la esperanza de que crezca algo de ellas. En cambio, lo que importa es el interior. Del mismo modo, los gestos al dar discursos deben nacer, no construirse. Pero, ¿qué significa esto exactamente?
Para evitar gesticular con torpeza a lo largo de su discurso, empiece por practicar los movimientos descriptivos, sugestivos y típicos hasta que sean tan naturales como una buena articulación. También puedes probar a observarte en un espejo, anotar qué movimientos son torpes y practicarlos hasta que tu cambio de gesto sea orgánico y natural. Ya que estamos hablando de esto, hablemos de los movimientos que debe evitar. No hagas movimientos cortos y bruscos. En su lugar, deja que tus movimientos sean fáciles y que provengan del hombro y no del codo. Por supuesto, tampoco te vayas al extremo e incluyas demasiados movimientos fluidos.
CAPÍTULO 5: UNA BUENA VOZ PROVIENE DE UNA BUENA SALUD
Un crítico de The London Times declaró una vez que la actuación es nueve décimas partes del trabajo de la voz y lo mismo podría decirse de la oratoria. “Una voz rica y correctamente utilizada es el mayor factor físico de persuasión y poder…”. En otras palabras, la voz es importante y tiene el poder de conmover al público. El propio Gladstone declaró una vez: “Noventa hombres de cada cien en las profesiones más concurridas probablemente nunca superarán la mediocridad porque el entrenamiento de la voz se descuida por completo y se considera sin importancia”. Piensa en ello.
Entonces, ¿cómo puedes practicar la relajación y la tranquilidad? Prueba este ejercicio: mantén el brazo estirado desde el hombro. Ahora, retira esa fuerza y déjala caer. A continuación, practica la relajación de los músculos de la garganta dejando que el cuello y la cabeza caigan hacia delante. Haz rodar la parte superior de tu cuerpo, con la cintura actuando como pivote. Deja que la cabeza caiga y ruede mientras cambias el torso a diferentes posiciones.
CAPÍTULO 6: CONVIERTE A TU PÚBLICO EN UNA MULTITUD
Cuando se trata de la multitud, ésta tiene un gran poder. Aunque cada individuo puede tener sus propios intereses y necesidades especiales, hay poder en una idea común que los unifica: el patriotismo, el odio, un miedo común, son todos temas populares que unifican a sus individuos. Como ves, las multitudes son más susceptibles a la emoción, quieren sentir algo, pero también puedes unir a los miembros por la forma en que los dispongas.
Si organizas a tu audiencia de manera que se forme como una multitud, podrás crear con éxito una mentalidad de turba. Ya conoces el poder de la multitud, como dijo una vez John Ruskin: “Puedes convencer a una multitud de cualquier cosa… Piensa por contagio, en su mayor parte, cogiendo una opinión como un resfriado…” Esto significa que tendrás más posibilidades de impactar a tu público si se organiza como una multitud y puede contagiarse fácilmente de las opiniones de los demás.
CAPÍTULO 7: EL FUNDAMENTO DE TU DISCURSO SE BASA EN LA FUERZA DE TUS ARGUMENTOS
Por mucha práctica y convicción que pongas en tu discurso, éste fracasará siempre si no eres capaz de rebatir los argumentos que muchos puedan utilizar contra ti. Al expresar tu opinión y punto de vista, siempre habrá otros que vean el otro lado. Así que antes de convertirnos en un argumentador de éxito, tendremos que pensar en cómo podemos hacer dos cosas: construir un argumento y luego derribarlo.
En otras palabras, debes ser capaz de examinar la estabilidad de la estructura de tu argumento para que pueda ser solidario y sólido. Pero también es importante detectar los defectos de tu argumento para poder derribar los más débiles de los que te argumentan en contra.
Según el autor, todo argumento consta de cuatro partes: la cuestión que se discute, las pruebas, el razonamiento y las inferencias. Si quieres asegurarte de que tu argumento es sólido, tendrás que ponerlo a prueba analizando estas cuatro partes. En el caso de la pregunta que se discute, lo primero que debes preguntarte es si el argumento está claramente expuesto. Esto significa asegurarse de que todos los términos del enunciado significan lo mismo para cada uno de los contendientes.
CAPÍTULO 8: LA IMPORTANCIA DE USAR LA IMAGINACIÓN
La creación de un argumento convincente es la base para dar un discurso productivo; sin embargo, limitarse a dar un discurso repleto de números y estadísticas seguramente adormecerá a tu audiencia. En su lugar, debes emplear el poder de la imaginación. ¿Qué es exactamente la imaginación? Según el autor, la imaginación es la facultad o el proceso de formar imágenes mentales. Entonces, ¿cómo puede conseguir que su público se forme una imagen mental?
El primer paso para aprovechar el poder de la imaginación es aprender a utilizar el lenguaje figurado. Por ejemplo, digamos que está argumentando que el alcoholismo es la causa número uno de la destrucción de las vidas de las familias. Claro que podrías presentarte ante tu público y enumerar un montón de cifras y estadísticas para demostrar tu argumento, pero ¿de qué serviría eso? En su lugar, utilice un lenguaje figurado y cree una historia.
Cuente la historia del hombre que vuelve a casa borracho del bar cada día, sólo para gritar a su mujer y golpear a sus hijos. Llénala de figuras retóricas como símiles, metáforas, hipérboles e ironías. De este modo, conseguirás captar la atención del público y mantenerlo interesado en el resto del discurso.
Conclusiones de El arte de hablar en público
Para convertirse en un maestro de la oratoria, debe estar dispuesto a hacer tres cosas: practicar, practicar y practicar. En pocas palabras, la práctica es la única manera de superar el miedo a hablar en público y convertirse en el mejor. Por supuesto, Carnegie, en El arte de hablar en público, ha expuesto los numerosos consejos y técnicas que necesita para ayudarle a tener éxito. En primer lugar, deberás evitar la monotonía utilizando el énfasis para añadir variedad a tu discurso.
A continuación, despierta la emoción de tu público y deja que tus gestos fluyan desde el corazón. Practique su gesticulación y la proyección de su voz a través de los numerosos ejercicios que Carnegie le ha proporcionado. A continuación, convierta a su público en una multitud colocándolos estratégicamente juntos para ayudarles a formar una mentalidad de multitud. Por último, querrás prepararte para todos los errores poniendo a prueba tus argumentos y utilizando imágenes que te ayuden a transmitir un mensaje convincente y constructivo.
Si este resumen de El arte de hablar en público de Dale Carnegie le ha gustado, otros libros relacionados, como “Pre-suasion“, “Influencia” o Los mejores libros sobre liderazgo, le encantarán.