El 8º hábito

Resumen de El 8º hábito

El 8º hábito consiste en encontrar tu voz y ayudar a los demás a descubrir la suya, para prosperar en el trabajo en la Era de la Información, donde la interdependencia es más importante que la independencia. Uno de los puntos principales del bestseller mundial de Stephen R. Covey, autor también de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva“, “Primero lo primero” o “Liderazgo centrado en principios“, era que, en la época actual, trabajar juntos se ha convertido en algo más valioso que competir entre sí.

En la era industrial, cuando el trabajo era principalmente físico, las diferencias en la productividad de cada persona eran marginales, ya que ningún hombre podía cortar 100 veces más troncos al día que otro. Pero ahora que vivimos en la Era de la Información, en la que el conocimiento es nuestra principal habilidad, un gran programador puede ser efectivamente 1000 veces más valioso que uno medio.

En este libro de 2004, Stephen R. Covey comparte con nosotros cómo podemos prepararnos a nosotros mismos y a los demás para tener éxito en el mundo laboral, cultivando El 8º hábito: encontrar tu voz e inspirar a los demás para que encuentren la suya. No hay mayor don con el que hayas nacido que la capacidad de elegir.

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Eres libre de elegir cómo reaccionar ante cualquier situación de la vida.

A diferencia de las plantas, que no pueden moverse, o de los animales, cuya vida es una serie de reacciones instintivas, nosotros, como humanos, podemos elegir nuestra próxima acción. No podemos controlar lo que nos ocurre. Pero sí podemos decidir cómo reaccionar ante ello. Así que si ese siguiente paso es un paso hacia arriba o hacia abajo depende totalmente de ti.

Si alguien te trata mal, ya sea tu jefe o un amigo, si la gente intenta presionarte para que hagas cosas, depende de ti ceder, hacer algo al respecto o alejarte.

Sin embargo, la libertad de elección no es el único factor que permite encontrar tu voz. Covey también habla de los cuatro tipos de inteligencia:

  1. La inteligencia física, que es la capacidad de tu cuerpo para funcionar principalmente en piloto automático, sin dirección consciente.
  2. La inteligencia mental, que es lo que se llama coeficiente intelectual.
  3. La inteligencia emocional, que tiene que ver con la empatía y lo que a veces se llama coeficiente intelectual.
  4. La inteligencia espiritual, que es tu propia brújula moral, tu verdadera estrella del norte, lo que impulsa el sentido de tu vida.

Reconocer estos poderes que tienes y jugar con su uso es el primer paso para encontrar y aprovechar tus poderes únicos en el trabajo. Después, se trata de comunicarlos a los demás.

Sé amable, discúlpate cuando sea necesario y cumple lo que prometes para generar confianza.

Comunicarse con los demás es más fácil cuando la relación se basa en la confianza, nos dice Covey en el 8º hábito. Cuanto más confíes en el otro, más cosas te sentirás cómodo diciendo, más pensarás en las palabras del otro y más probable será que las aceptes.

Piensa en esto en el concepto de los negocios, y podrás ver fácilmente por qué la confianza es una de las cosas más importantes en las que deben trabajar los directores generales. Determina la velocidad de ejecución y, por tanto, el éxito general de la empresa.

Covey dice que la confianza se construye de tres maneras:

  1. Cumpla su palabra. Si prometes algo, cúmplelo. El 100% de las veces. ¿No estás seguro de que lo harás? Entonces no lo prometas. Lo que salga de tu boca, respáldalo siempre.
  2. Sé amable. Tan simple, pero tan poderoso. Sé amable. Di “gracias”, “por favor” y “en qué puedo ayudarte”. Evita los cotilleos y sé positivo. Estas cosas no cuestan nada, pero sirven de mucho.
  3. Pide perdón cuando sea necesario. Todos metemos la pata. Lo mejor, con diferencia, que puedes hacer cuando eso ocurre, es reconocerlo al instante y decir simplemente “¡Lo siento!”.

Sin embargo, la confianza no es una calle de un solo sentido. No solo se construye siendo digno de confianza para los demás, sino también repartiendo confianza tú mismo. ¿Cómo lo haces?

Ceda el control y ceda la responsabilidad a los demás para empoderarlos.

Una de las formas más fuertes de empoderar a los demás es simplemente cederles el poder, ¡literalmente! Eso no significa que debas dejar que el becario dirija el negocio, sino que siempre debes ampliar la responsabilidad y el control que tus empleados tienen sobre su trabajo.

Por ejemplo, si diriges una plantilla de limpieza, deja que decidan qué productos de limpieza utilizar, qué guantes usar, qué dispositivos de aspiración probar, cómo planificar el horario, etc.

Tener la libertad de tomar estas importantes decisiones sobre su trabajo les hará sentirse mucho más motivados y, por supuesto, les ayudará a confiar en tus futuras decisiones.

Por cierto, ¡esto también se aplica a las amistades! Pide ayuda a tus amigos, confía en que hagan su parte y verás cómo crece vuestra relación.

Conclusiones de El 8º hábito

Dirigido sobre todo a líderes y empresas, creo que El 8º hábito es también un libro importante a nivel personal. Especialmente la sección sobre la construcción de la confianza, ya que se ha convertido en un bien escaso en nuestro mundo orientado al corto plazo. Un clásico moderno.

Si este resumen de El 8º hábito de Stephen Covey le ha gustado, otros resúmenes como “Influencia“, “Cómo ganar amigos e influir en las personas” y Los mejores libros sobre desarrollo personal, le encantarán.

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