Resumen de Liderazgo de Daniel Goleman
Liderazgo, de Daniel Goleman, autor de otros libros como “Inteligencia emocional“, “Focus” o “Emociones destructivas”, se publicó por primera vez en 2001 y sigue considerándose un libro de gran importancia. Su objetivo es ayudar a comprender la importancia y el poder de la inteligencia emocional en el liderazgo, empezando por cómo nos dirigimos a nosotros mismos. El libro está impregnado de investigación y contiene ejemplos prácticos y marcos de referencia para ayudar al lector a empezar a aplicar los conceptos y enfoques.
El liderazgo es el concepto de sintonizar equipos e individuos con un propósito compartido -una visión- a través de la comprensión de sus emociones. El término líder “resonante” se utiliza para explicar cómo el liderazgo consiste en conducir las emociones en la dirección deseada.
Sencillamente, en cualquier grupo humano, el líder tiene el máximo poder para influir en las emociones de todos. Si las emociones de las personas son empujadas hacia el rango del entusiasmo, el rendimiento puede dispararse; si las personas son empujadas hacia el rencor y la ansiedad, se perderán. Esto indica un aspecto importante del liderazgo primario: Sus efectos se extienden más allá de asegurar que el trabajo esté bien hecho. Los seguidores también buscan en un líder una conexión emocional de apoyo: la empatía. Todo liderazgo incluye esta dimensión primaria, para bien o para mal.
Liderazgo resonante
La resonancia se refiere al “refuerzo o prolongación del sonido por reflexión” o, más concretamente, “por vibración sincrónica”. El análogo humano de la vibración sincrónica se produce cuando dos personas están en la misma longitud de onda emocionalmente, cuando se sienten “en sintonía”. Y fiel al significado original de resonancia, esa sincronía “resuena”, prolongando el tono emocional positivo.
Un signo de liderazgo resonante es un grupo de seguidores que vibra con la energía optimista y entusiasta del líder. Un dictado primario del liderazgo es que la resonancia amplifica y prolonga el impacto emocional del liderazgo. Cuanto más resonantes son las personas entre sí, menos estáticas son sus interacciones; la resonancia minimiza el ruido en el sistema. “Un equipo”, como proclama un mantra empresarial, significa “más señal, menos ruido”. El pegamento que mantiene unida a la gente en un equipo, y que compromete a las personas con una organización, son las emociones que sienten.
La forma en que los líderes gestionan y dirigen esos sentimientos para ayudar a un grupo a alcanzar sus objetivos depende de su nivel de inteligencia emocional. La resonancia es algo natural para los líderes emocionalmente inteligentes (IE). Su pasión y energía entusiasta resuenan en todo el grupo. Aun así, estos líderes pueden proyectar a veces un estado de ánimo más serio, cuando es apropiado, utilizando la empatía para sintonizar con el registro emocional de las personas que dirigen.
Cómo convertirse en un líder resonante
El quid del desarrollo del liderazgo que funciona es el aprendizaje autodirigido: desarrollar o reforzar intencionadamente un aspecto de lo que uno es, o de lo que quiere ser, o de ambas cosas. Para ello es necesario tener primero una imagen sólida de su yo ideal, así como una imagen precisa de su yo real, de quién es ahora. Este aprendizaje autodirigido es más eficaz y sostenible cuando se comprende el proceso de cambio -y los pasos para lograrlo- a medida que se avanza en él.
El aprendizaje autodirigido implica cinco descubrimientos, cada uno de los cuales representa una discontinuidad. El objetivo, por supuesto, es utilizar cada descubrimiento como una herramienta para realizar los cambios necesarios para convertirse en un líder emocionalmente inteligente.
Los pasos no se desarrollan de forma fluida y ordenada, sino que siguen una secuencia, en la que cada paso exige diferentes cantidades de tiempo y esfuerzo. El resultado de practicar nuevos hábitos a lo largo del tiempo es que se convierten en parte de tu nuevo yo real. A menudo, con los cambios en tus hábitos, IE y estilos de liderazgo, llegan los cambios en tus aspiraciones y sueños, tu yo ideal. Y así continúa el ciclo, un proceso de crecimiento y adaptación que dura toda la vida.
Cuando pasas por el descubrimiento de una visión ideal de ti mismo, te sientes motivado para desarrollar tus habilidades de liderazgo. Es decir, ves a la persona que quieres ser. Tanto si esta visión llega a ti en un sueño, a través del contacto con los valores y compromisos que guían tu vida, o a través de una simple reflexión, la imagen es lo suficientemente poderosa como para evocar tu pasión y esperanza. Se convierte en el combustible que mantiene el impulso que necesitas para trabajar en el difícil y a menudo frustrante proceso de cambio.
Para resumir el proceso, las personas que consiguen cambiar de forma sostenible pasan por las siguientes etapas:
- El primer descubrimiento: Mi yo ideal: ¿Quién quiero ser?
- El segundo descubrimiento: Mi yo real¿Quién soy? ¿Cuáles son mis puntos fuertes y mis carencias?
- El tercer descubrimiento: Mi agenda de aprendizaje: ¿Cómo puedo potenciar mis puntos fuertes y reducir mis carencias?
- El cuarto descubrimiento: Experimentar y practicar nuevos comportamientos, pensamientos y sentimientos hasta llegar a dominarlos.
- El quinto descubrimiento: Desarrollar relaciones de apoyo y confianza que hagan posible el cambio.
Lo ideal es que la progresión se produzca a través de una discontinuidad -un momento de descubrimiento- que provoque no solo la toma de conciencia, sino también un sentido de urgencia.
Conclusiones de Liderazgo
Cada vez más, los mejores lideran no solo en virtud del poder, sino por su excelencia en el arte de las relaciones, la experiencia singular que el cambiante clima empresarial hace indispensable. La excelencia en el liderazgo se está redefiniendo en términos interpersonales a medida que las empresas eliminan capas de directivos, que las corporaciones se fusionan más allá de las fronteras nacionales y que los clientes y proveedores redefinen la red de conexiones.
Un líder emocionalmente inteligente hace cada una de estas cosas en el momento adecuado, de la manera adecuada y con la persona adecuada. Este tipo de liderazgo crea un clima de entusiasmo y flexibilidad, en el que las personas se sienten invitadas a ser más innovadoras y a dar lo mejor de sí mismas. Y este clima de trabajo, dada la realidad empresarial actual, crea un valor añadido a través de los ingredientes humanos esenciales para el rendimiento de la organización.
Estos líderes están más orientados a los valores, son más flexibles e informales y más abiertos y francos que los líderes de antaño. Están más conectados a las personas y a las redes. Y, sobre todo, exudan resonancia: Tienen una auténtica pasión por su misión, y esa pasión es contagiosa. Su entusiasmo y emoción se extienden espontáneamente, vigorizando a quienes dirigen. Y la resonancia es la clave del liderazgo primario.
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