Resumen de Las 21 leyes irrefutables del liderazgo
Las 21 leyes irrefutables del liderazgo le muestran que el liderazgo se aprende, no se hereda, y que usted también puede convertirse en un líder, si interioriza algunos de los principios universales que están en juego en cualquier relación líder-seguidor.
John C. Maxwell, autor de otros libros como “Buenos líderes hacen grandes preguntas“, “25 maneras de ganarse a la gente” o “Liderazgo 101“, es una leyenda del liderazgo. Procedente de un entorno eclesiástico, se ha convertido en un experto en liderazgo gracias a las décadas en las que ha dirigido varias iglesias en Estados Unidos, ha trabajado como pastor y profesor y, finalmente, ha pasado a hablar de liderazgo para ejecutivos y empresas.
En la actualidad dirige una empresa centrada en la formación y educación en materia de liderazgo para las empresas de la lista Fortune 500. Desde 1979, también ha publicado docenas de libros sobre el tema, algunos de los cuales se han convertido en bestsellers y han vendido más de 20 millones de copias en total.
Las 21 leyes irrefutables del liderazgo es su libro más popular y en él comparte los principios fundamentales que entran en juego en las relaciones entre líderes y seguidores de los que Maxwell ha tomado nota a lo largo de su vida.
Un líder siempre debe pisar terreno firme. Apegarse a las reglas que representa
El elemento número uno que permite a un líder tener éxito (y marcar el camino en primer lugar) es la confianza. Incluso un guía turístico necesita que su grupo confíe en él, porque si no, ¿por qué se molestarían en caminar detrás de él durante dos horas?
Maxwell llama a esto la Ley del Suelo Sólido. Sin una buena base de confianza, será difícil para un líder hacer su trabajo.
Según Maxwell, la confianza se construye principalmente sobre tres cosas:
- Honestidad.
- La imparcialidad.
- Buen juicio.
Todas ellas están relacionadas. Si no puedes juzgar bien una situación, es probable que no trates a todos con justicia, lo que a su vez te hace parecer deshonesto. Sin embargo, la imparcialidad es la más fácil de empezar y en la que hay que centrarse, porque simplemente significa que vas a jugar con las mismas reglas que los demás.
Es fácil ser justo, porque es nuestro modo por defecto como seres humanos. Lo que hace que sea difícil es que también es tentador y fácil tomar un atajo aquí y allá y rápidamente “adaptar las reglas” a una situación específica – pero esto nunca funciona bien.
Cuando los líderes creen que están por encima de las normas, los problemas aparecen: pensemos en Richard Nixon, por ejemplo, que creía que las normas legales no se aplicaban a él y consideraba que un allanamiento ilegal era algo aceptable.
Tus seguidores deben respetarte, pero ese respeto tiene que ganarse de forma constante.
La confianza hace que la gente ponga en práctica lo que dices. Pero para ello, primero tienen que escucharte, y ahí es donde entra el respeto. Un líder está, por definición, al frente del grupo y, por tanto, por delante de todos los demás. Esto es exactamente lo que los seguidores quieren de un líder. Que alguien más hábil, más decidido y más valiente que ellos vaya primero y diga: “Todo irá bien, síganme”.
Al principio, los seguidores se sentirán atraídos por ti por algo que has hecho y que respetan. Sin embargo, es importante que te vayas ganando ese respeto con el tiempo, y una forma de hacerlo es dedicarte lealmente a su bienestar.
Por ejemplo, aunque Gandhi nunca empleó la violencia como medio para manifestarse, siguió arriesgándose a salir herido cada vez que lideraba otra protesta, lo que le granjeó mucho respeto.
Ser tan leal a tus seguidores que estás dispuesto a salir herido por ellos es poco frecuente, y eso es lo que hace que la Ley del Respeto sea una regla de liderazgo tan poderosa.
Odiar perder es algo bueno si eres un líder: te mantiene centrado en ganar
Cuando pierdes en el Monopoly, ¿te enfadas? ¿Te dan ganas de solo coger el tablero y tirarlo por la ventana? Bueno, hoy es probablemente el primer día que alguien te dirá que eso es algo bueno. Según la Ley de la Victoria de Maxwell, rendirse y perder no son opciones válidas para un verdadero líder.
Tomemos como ejemplo a Winston Churchill.
Fracasó en la escuela, fracasó en la política (fue derrotado en todas las elecciones excepto en la que lo convirtió en Primer Ministro a los 62 años), fracasó en la guerra (perdió la mayoría de las batallas en las que dirigió a sus tropas en la Primera y Segunda Guerra Mundial) y, sin embargo, recordamos a Churchill como uno de los mejores líderes de la historia.
Esto se debe a que no dejó que ninguna de estas derrotas le impidiera seguir buscando nuevas formas de ganar, lo que finalmente le llevó a asociarse con Estados Unidos y ganar la Segunda Guerra Mundial.
Conclusiones de Las 21 leyes irrefutables del liderazgo
Las 21 leyes irrefutables del liderazgo es un clásico del liderazgo. Es una gran lectura para los artistas independientes y los emprendedores en solitario que crean una tribu, los fundadores de startups que crean una empresa y, por supuesto, los nuevos directivos. Te hace pensar en cómo te relacionas con los demás y en el tipo de persona que quieres ser, algo que siempre merece la pena reflexionar.
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