Resumen de El arte de la Buena Vida
William Irvine examina los principios del epicureísmo y el estoicismo, dos movimientos filosóficos anticuados que han perdurado durante siglos, en «El arte de la buena vida». Estas instituciones educativas otorgan un gran valor a la racionalidad, la autoconciencia y la búsqueda de una existencia plena. Proporcionan orientaciones útiles sobre cómo desarrollar emociones positivas como la gratitud y la alegría, así como sobre cómo afrontar emociones negativas como el pavor, la ira y la envidia.
El libro consta de tres secciones, cada una de las cuales se centra en un aspecto distinto de la vida plena. La primera parte presenta la filosofía antigua y sus principios. La segunda parte se centra en la técnica de la atención plena, que consiste en ser consciente del momento presente sin juzgarlo. El tercer capítulo examina el arte de la superación personal, incluyendo el establecimiento de una mentalidad de crecimiento, el establecimiento de objetivos realistas y el fomento de una red social positiva.
En este post haremos un resumen de «El arte de la buena vida» y destacaremos algunas de sus lecciones más importantes. Veremos las ideas fundamentales de la filosofía clásica, cómo ser consciente y cómo ejercitar la superación personal. Cuando hayas terminado de leer este artículo, sabrás más sobre cómo poner en práctica estas ideas en tu propia vida y cómo fomentar una existencia más feliz y satisfecha.
La virtud y la tranquilidad son los valores más altos de un estoico
Hay dos temas centrales en el estoicismo, valores que todos los estoicos se esfuerzan por integrar en sus vidas tanto como sea posible. Esos dos objetivos son:
- La virtud.
- La tranquilidad.
Es probable que no sepas realmente lo que significan, o si lo sabes, piensas en algo equivocado.
Por ejemplo, la virtud podría definirse como «tener altos estándares morales» y, por lo tanto, hacerte pensar que solo los monjes, los sacerdotes y la Madre Teresa son buenos ejemplos de personas virtuosas. Pero la virtud, en el sentido estoico, consiste más bien en vivir una vida que esté en consonancia con tu propio conjunto de valores.
Los sinónimos de la palabra son la bondad, la honestidad, la rectitud, la dignidad, la integridad, la honradez, la decencia y el mérito, por ejemplo, que dependen de que hagas lo que dices y digas lo que haces.
Del mismo modo, la tranquilidad no consiste en dormir mucho la siesta o ser perezoso. La tranquilidad es el arte de librarse de las emociones negativas. Una persona tranquila muestra un gran autocontrol y no deja que sus emociones dominen su intelecto, por ejemplo, manteniendo la calma en un atasco, porque sabe que enfadarse con el tráfico es inútil.
Aprende a querer lo que ya tienes para estar más agradecido utilizando la visualización negativa
Uno de los peores y más comunes círculos viciosos en los que nos vemos atrapados, especialmente en el mundo occidental, es la rueda de molino hedónica. Conocido científicamente como adaptación hedónica, se trata de un sistema en el que perseguimos las posesiones materiales, solo para conseguirlas, acostumbrarnos rápidamente y aburrirnos de ellas, para reiniciar y perseguir el siguiente objeto.
Una persona tranquila y virtuosa sabe que debe salir de este ciclo y los estoicos tienen una forma importante de hacerlo: aprender a querer las cosas que ya tenemos y apreciar las que tenemos. Cuanto más desees lo que tienes, en comparación con tener lo que quieres, más feliz serás.
Un ejercicio muy sencillo que puedes utilizar para conseguirlo es la visualización negativa: Imagina que las cosas y las personas que das por sentado y con las que más te relacionas se desvanecen de repente y desaparecen para siempre. Esto te hará sentir mal durante un segundo, porque la idea de la pérdida es dolorosa, pero al mismo tiempo te dará una oleada instantánea de agradecimiento y te mostrará lo afortunado que eres por seguir teniéndolos en tu vida.
Acepta las cosas que están fuera de tu control e interioriza tus objetivos para las cosas que no lo están
El mayor paso que puedes dar para estar más tranquilo es cambiar tu actitud hacia las cosas que no puedes controlar. Esto requiere dos pasos:
- Darte cuenta de cuándo algo está fuera de tu control justo cuando sucede
- No distraerte preocupándote por ello ni siquiera un segundo
Esto requiere mucha práctica, pero una vez que lo dominas, lo cambia todo. No solo te hace más feliz, sino que también evita que pierdas el tiempo con la espera. Por ejemplo, cuando envío un mensaje de correo electrónico a alguien, lo olvido en cuanto lo envío, porque a partir de ese momento está fuera de mi control. Del mismo modo, nunca me preocupo por el tiempo o la política.
Y para aquellas cosas que están en cierto modo bajo tu control, pero no del todo, puedes interiorizar el objetivo. Por ejemplo, por supuesto que quieres sacar buenas notas o ganar cuando te presentas a un concurso, pero los demás también tienen algo que decir al respecto. Así que, en lugar de centrarte en sacar un sobresaliente o en ganar, céntrate en ofrecer tu mejor rendimiento.
Esto no solo te hará rendir más, sino que además no te sentirás destrozado si no consigues tu objetivo, porque no dependía enteramente de ti alcanzarlo.
Conclusiones de El arte de la buena vida
No puedo decir suficientes cosas buenas sobre el estoicismo. Definitivamente, forma parte del 20% de los cambios que he hecho en mi vida y que representan el 80% de mi aumento de felicidad. El arte de la buena vida es un gran libro de introducción al tema y cubre todo lo que necesitas saber en términos sencillos. Es 100% recomendable. Otras buenas lecturas son Meditaciones y Desayuno con Sócrates.
Si este resumen de El arte de la buena vida de William B Irvine le ha gustado, otros libros relacionados, como «Fueras de serie«, «Invicto» o Los mejores libros sobre desarrollo personal, le encantarán.