Resumen de La ciudad y los perros
“La ciudad y los perros” es una novela escrita por el aclamado escritor peruano Mario Vargas Llosa, publicada en 1963. La obra es un retrato intenso y desgarrador de la existencia en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima, Perú, y sigue las experiencias de un grupo de jóvenes cadetes mientras navegan entre la amistad, la rivalidad, la identificación y la lucha por el poder. La novela es una profunda exploración de la naturaleza humana y está considerada una obra maestra de la literatura latinoamericana.
El Colegio Militar Leoncio Prado es un entorno cerrado y riguroso, y la novela explora cómo este estilo de vida y sus normas ejercen un impacto de primer orden en la vida de los cadetes. La precisa descripción del entorno proporciona una visión íntima de la existencia en el Colegio Militar, y la trama sigue las experiencias de un grupo de jóvenes cadetes mientras navegan por las relaciones humanas y las luchas interiores.
Confinamiento en barracones
La novela comienza evolucionando mientras cuatro cadetes juegan a los dados en la sala del cuartel de la Escuela Militar Leoncio Prado de Lima, Perú. Están jugando al cubo para ver quién se cuela en un aula cerrada de la escuela para robar un examen de química que se avecina. Los 4 chicos forman un grupo conocido como “El Círculo”: Boa, Porfirio Cava, Alberto “el Poeta” Fernández, y el líder del grupo, Jaguar, quien ideó el plan.
Al final, Porfirio pierde el juego; sin embargo, mientras intenta robar, rompe una ventana. Los responsables del colegio se enteran de lo ocurrido, pero no de quién ha cometido el robo. Reúnen a los cadetes que habían estado de guardia el día del robo y los confinan indefinidamente en sus barracones. Cuando aparezca el ladrón, se liberará a los muchachos.
Los cadetes de la academia, en diferentes momentos, cuentan sus historias, describiendo sus vidas anteriores a la academia militar. Muchos de ellos omiten a sus familias. Algunos fantasean con mujeres de las que se han enamorado, como Ricardo Arana, considerado “el esclavo” por su temperamento poco agresivo. Jaguar, el tipo difícil residente, admite que corrió con una banda de ladrones en el pasado, y parece haber tenido una vida especialmente difícil. Fue enviado a Leoncio Prada para reformar sus métodos tras ser sorprendido robando.
La investigación empieza
Después de muchas semanas, los chicos siguen recluidos; Ricardo finalmente se quiebra. Cuenta a los oficiales quién robó la prueba, por lo que es recompensado con un permiso de una tarde. Porfirio es suspendido de la academia por su participación en el robo. Jaguar, indignado porque uno de los chicos se ha chivado, resuelve vengarse del culpable. Durante un entrenamiento de lucha, un par de días más tarde, hace simplemente esto, capturando a Ricardo en la cabeza y matándolo.
Inesperadamente, la investigación sobre el homicidio de Ricardo no descubre nada. Los oficiales de la academia atribuyen la muerte de Ricardo a sí mismo – que una vez fue torpe y llegar a lo que puede logró disparar a sí mismo. En realidad, los oficiales desean evitar un escándalo; mienten para no delatar su propia negligencia en vísperas de las elecciones locales. Alberto no se traga la historia y sospecha que Jaguar, que después de todo había jurado descubrir al soplón, es el asesino.
Alberto notifica su teoría al teniente Gamboa, con la esperanza de encontrar justicia para su inútil amigo. También le cuenta que entre los cadetes hay muchos problemas: fumar, beber, pelearse, robar y faltar a clase. El teniente Gamboa decide abrir una investigación sobre las acusaciones de Alberto. Los investigadores encuentran cigarrillos, alcohol y otras pruebas que corroboran las afirmaciones de Alberto. Para su sorpresa, el teniente Gamboa es reprendido en lugar de recompensado por sus superiores por sus hallazgos, que sólo acarrearán la desgracia de la academia. El reconocimiento de Leoncio Prado es más necesario que los delitos menores de los muchachos, es incluso más vital que sacar a la luz al asesino de Ricardo.
La confesión
Las cosas no le van bien a Alberto después de su denuncia. Los funcionarios, al descubrir que ha estado escribiendo relatos pornográficos para otros cadetes a cambio de una remuneración, lo chantajean para que guarde silencio. Lo meten en una celda con Jaguar, y allí acusa a éste, en su cara, de haber matado a Ricardo. Jaguar agrede a Alberto y lo hiere gravemente. Los demás cadetes sospechan que Jaguar es la causa de que los oficiales de la academia hayan estado pendientes de sus asuntos y que, en consecuencia, hayan sido castigados. Sin embargo, Jaguar se niega a “chivarse”, ya que va en contra de su código privado de honor.
Finalmente, Jaguar admite que disparó a Ricardo. Sin embargo, para entonces, el teniente Gamboa no puede hacer nada; ha sido reasignado a cualquier otro puesto avanzado. Su lejana ubicación es un castigo por su intromisión. Alberto, persuadido de retirar sus cargos, se gradúa con normalidad. Jaguar no es en absoluto castigado por su delito y, de hecho, prospera tras dejar la escuela; se casa y acepta un trabajo en un banco.
El retrato que hace Llosa de Leoncio Prada es mordaz en su insistencia en la disfunción y la corrupción de la academia. Sin embargo, aparte de eso, ha atraído considerable atención por la forma poco común pero fluida de El tiempo del héroe, que no es lineal y se instruye regularmente con la ayuda de narradores no identificados. Uno de ellos resulta ser Jaguar al final de la historia, lo que complica la descripción que se había hecho de él hasta ese momento.
Conclusiones de La ciudad y los perros
“La ciudad y los perros” es una novela impactante y desgarradora que captura la complejidad de la vida en el Colegio Militar y la naturaleza humana. La obra ofrece una exploración profunda de la amistad, la rivalidad, la identidad y la lucha por el poder en un entorno cerrado y riguroso. La novela sigue las vivencias de un grupo de jóvenes cadetes mientras navegan por estos temas, y la evolución de los personajes a través de sus experiencias y relaciones es una parte integral de la trama.
En resumen, “La ciudad y los perros” es una novela sorprendente y conmovedora que ofrece una mirada íntima a la vida en el Colegio Militar y una exploración profunda de la naturaleza humana. La obra es una pieza fundamental de la literatura latinoamericana y una lectura imprescindible para aquellos interesados en la exploración de la juventud y las relaciones humanas.