Resumen de Kafka en la orilla

Resumen de Kafka en la orilla

Kafka en la orilla es una de las obras más conocidas del escritor japonés Haruki Murakami, cuya traducción al inglés en 2005 figuró entre los «10 mejores libros de 2005» de The New York Times y obtuvo el Premio Mundial de Fantasía en 2006.

Murakami es indiscutiblemente uno de los autores japoneses de mayor calidad de nuestro tiempo, y sus libros y memorias se han traducido a 50 idiomas y vendido decenas de millones de ejemplares en todo el mundo. Su forma de escribir mezcla factores de surrealismo y universos paralelos para evocar un mundo que parece demasiado alejado de nuestra imaginación y, sin embargo, tentadoramente al alcance de la mano. ¿Por qué destaca Kafka en la orilla? Veamos este libro con más detalle.

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El mundo fantastico

Kafka en la orilla entrelaza dos tramas paralelas para contar la historia de Kafka Tamura, un chico de 15 años que huye del hogar para escapar de una maldición edípica, y Nakata, un anciano japonés que tiene una extraña habilidad para hablar con los gatos debido a un accidente en su infancia y que se pasa el día encontrando y devolviendo gatos perdidos a sus dueños. Aunque los dos personajes parecen estar en sus viajes personales, sus caminos se entrelazan inevitablemente en la dirección de la entrega de la novela para un final emocionante e hipersurrealista.

Aunque este libro es largo (mi reproducción tiene 614 páginas), Murakami es capaz de utilizar con pericia la mezcla de cultura popular, realismo mágico, acontecimientos implicados aunque supuestamente mundanos y sexualidad poderosa para construir un mundo fantástico en el que sus personajes tropiezan con el amor, la pérdida, la depresión y la alegría, todo en el mismo capítulo.

El viaje de Kafka representa tanto la libertad del escapismo como la abrumadora sensación de infelicidad de su soledad, no es un chico corriente de 15 años y sus experiencias se ven perforadas por el descubrimiento del amor, la pérdida, el anhelo y la incertidumbre de sí mismo. Su relación tanto con el bibliotecario Oshima como con la escurridiza señorita Saeki domina su viaje y ambos personajes están maravillosamente escritos.

La sabiduría de Oshima y la crisis existencial de Saeki en Kafka en la Orilla

Oshima actúa casi como el espejo de Kafka, aportándole sabiduría y recomendaciones a cualquiera de sus problemas aparentemente fantásticos e ilógicos, mientras que la señorita Saeki muestra el uso que hace Murakami de las unidades fatalistas e hipersurrealistas para construir un personaje sumido en una crisis existencial como comentario a la condición humana.

Por el contrario, Nakata es un anciano en el ocaso de su vida que supuestamente ha vivido una existencia sin causa ni autodeterminación. Debido a su incapacidad para estudiar o escribir, es rechazado por su familia y la sociedad, pero su capacidad única para hablar con los gatos le lleva a una aventura que implica asesinatos, cosas poco comunes que caen del cielo y la adquisición de una piedra para abrir el camino a una realidad alternativa.

Sin estropear la trama (demasiado), Murakami utiliza a Nakata como un automóvil para la dislocación, pero me alivió mucho la aceptación de su destino por parte de Nakata. Su satisfacción con su vida de aceptar subsidios (subciudad, como la llama Nakata) y devolver gatos perdidos a sus dueños es extrañamente fortalecedora; aunque parece que ha desperdiciado un estilo de vida mundano y aparentemente irrelevante, su fuerza de voluntad para satisfacer su destino más adelante en la novela es inspiradora y refrescante.

Melancolía, pérdida y la alienación ineludible en Kafka en la Orilla

Algunas novelas te atraen con su argumento, pero Murakami es capaz de atraer el interés del lector con la ayuda de la creación de paisajes alucinantes en los que nunca se sabe con certeza cuándo cesan los deseos y empieza la realidad. Kafka en la orilla explora nuestro vínculo intrínseco con el destino y las penalidades de la pérdida por desarraigo. Es capaz de infundir algunos comentarios profundamente sugerentes y paradójicos en subtramas que parecen triviales y sin sentido, por ejemplo, «los recuerdos te calientan por dentro, pero también te destrozan».

Los temas habituales de la melancolía y la pérdida han sido bastante interesantes, ya que Murakami parece empeñado en exponer el hecho de nuestra realidad/sociedad: aunque el placer es algo que hay que intentar conseguir, la pérdida y la alienación son ineludibles.

Reflexiones como «Cada uno de nosotros está perdiendo algo que atesora. Oportunidades perdidas, posibilidades extraviadas, sentimientos que de ninguna manera podemos recuperar. Eso forma parte de lo que significa estar vivo» y «Cada persona siente el dolor a su manera, cada uno tiene sus propias cicatrices» se aceptan a lo largo de la novela, un oportuno recordatorio de que nuestras vidas son imperfectas, pero quizá, como afirma Murakami: «La felicidad es una alegoría, la decepción una historia».

Conclusiones de Kafka en la orilla

Tanto si tiene una colección de Murakami en casa como si es un novato en sus obras, Kafka en la orilla es un excelente punto de partida para sumergirse en su mente maestra. Se trata de un libro apasionante y metafísico en el que hincar el diente: bello, inquietante y sin respuestas reales a los numerosos enigmas que aparecen en la novela. Como Murakami afirma en una entrevista, el secreto para apreciar Kafka en la orilla consiste en examinarla innumerables veces, y no me cabe duda de que volveré a releerla en algún momento del futuro.

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