Resumen de El Gran Sucesor
El Gran Sucesor de Anna Fifield es una narración maravillosa, que entrelaza la obsesión por el baloncesto de Kim Jong-un en su infancia (y en su edad adulta), las conversaciones con un antiguo traficante de drogas norcoreano y la óptica de la cumbre de Singapur con Donald Trump, a medida que sigue la vida y el gobierno del joven líder de Corea del Norte.
El libro de Fifield, que cuenta con reportajes y entrevistas en todo el mundo, incluyendo Corea del Norte, Corea del Sur, Suiza, Japón, Malasia, Singapur, Estados Unidos, Laos, Tailandia y China, es una lectura cautivadora para aquellos que tengan un interés tanto serio como casual en saber más sobre el regordete y caricaturesco dictador que adorna sus pantallas.
En el prólogo, Fifield describe cómo se sentó en un vuelo a Pyongyang con una persona que visitaba por primera vez Corea del Norte. Reflexiona que no pudo soportar decirle que su destino era “una farsa elaborada durante décadas” para evitar que los visitantes conocieran la verdadera Corea del Norte.
Unas páginas más tarde, escribe que “a pesar de los esfuerzos del régimen, era fácil ver que el país estaba roto”, una ligera contradicción quizás con sus pensamientos anteriores. Pero estos pensamientos también revelan una de las muchas paradojas de estudiar Corea del Norte. Lo que te muestran puede ser profundamente revelador, incluso cuando sospechas que no es “real” o la “verdad”.
Las claves del libro
Las paradojas y las contradicciones son un tema constante a lo largo del libro, y son quizá una de las razones por las que Kim Jong-un y Corea del Norte en general resultan fascinantes para muchos: el secreto y la apertura, la sabiduría de la edad en una sociedad confuciana y un líder joven, y una dinastía familiar en la que la legitimidad del actual gobernante se ve reforzada por su parecido con un abuelo al que ni siquiera conoció.
El tratamiento de las mujeres, como objeto de la atención masculina tanto norcoreana como internacional, es otro tema. Las mujeres norcoreanas son objeto de miradas, coqueteos, desfiles y engaños. Aunque el libro se centra en Kim Jong-un, parte del material más interesante se refiere a temas más tradicionalmente “femeninos” o a temas de mujeres, como la crianza de los hijos de los Kim, los matrimonios y los papeles de la hermana y la esposa de Kim Jong-un.
Fifield se sumerge no solo en los aspectos de la vida de Kim Jong-un que dominan los medios de comunicación -su cultivo del programa nuclear norcoreano, su relación con Trump y sus audaces acciones para consolidar el poder- sino también en algunos de los más mundanos. Entre los entrevistados se encuentran personas que conocieron personalmente a Kim, como el cocinero de sushi adulto que fue su compañero de juegos en la infancia, norcoreanos que vivieron bajo su gobierno y expertos que nunca han conocido al hombre pero son especialistas en campos relacionados, como el politólogo Bruce Bueno de Mesquita.
La vida de Kim
Fifield utiliza hábilmente fragmentos de información de estas diversas fuentes para elaborar un cuadro de la vida de Kim antes y durante su reinado como líder de Corea del Norte. Una entrevista con la tía de Kim, por ejemplo, indica que el año de nacimiento de Kim fue 1984, una afirmación de la que la tía está segura porque recuerda haber cambiado los pañales de Kim al mismo tiempo que su hijo, que nació ese mismo año.
El libro pasa de estar centrado en la vida de Kim a interesarse más por el efecto que ha tenido en su país. La primera sección, El aprendizaje, es la más íntima, ya que abarca los primeros años de la vida de Kim. La segunda, La consolidación, pierde algo de ese carácter, lo que no es de extrañar, teniendo en cuenta los retos que supone informar no solo sobre Corea del Norte, sino sobre el propio Kim.
Sin embargo, hay historias en la segunda parte que abrirán el apetito de aquellos que busquen algunos detalles salaces de cómo vive el líder, la mayoría de ellos cortesía de las visitas de Dennis Rodman. Como revela su título, esta sección se ocupa más de las dimensiones políticas y económicas de la consolidación del poder del joven Kim, como la decisión de Kim de ejecutar a su tío o la forma de ganar dinero en Corea del Norte.
La tercera sección, La Confianza, rastrea los movimientos cada vez más audaces de Kim, incluyendo el asesinato de Kim Jong-nam, un medio hermano al que nunca había conocido. Una de las revelaciones más explosivas de todo el libro, cortesía de una fuente anónima, es que Kim Jong- nam era un informante de la CIA. Aunque el Wall Street Journal publicó esta información solo unos días antes del estreno de El gran sucesor, merece la pena leer el relato de Fifield para obtener una imagen más rica de los entornos separados en los que crecieron los hermanastros y de la política familiar que hay detrás de los caminos que tomó cada uno de ellos.
Conclusiones de El Gran Sucesor
Las limitaciones del periodismo sobre Corea del Norte se aplican a El gran sucesor como a todo el material. Fifield no pudo reunirse con Kim Jong-un, y el grupo de personas que lo conocen y están disponibles para hablar es reducido. A pesar de estas dificultades, Fifield elabora un sólido relato sobre Kim Jong Un, sus colaboradores y el país que gobierna.
Si este resumen de El Gran Sucesor le ha gustado, otros resúmenes, como “Un día en la vida de Iván Denísovich“, “El último Imperio” y Los mejores libros sobre Comunismo, le encantarán.