Resumen de Temor y temblor de Kierkegaard
Cuando se trata de existencialismo e investigación filosófica, es difícil pasar por alto la obra magna de Sren Kierkegaard, “Temor y temblor”. El libro, escrito bajo el seudónimo de Johannes de Silentio en 1843, aborda los enigmas fundamentales de la fe, la moral y la vida individual, reflejando el tremendo efecto de obras como “Así habló Zaratustra” de Friedrich Nietzsche y “El ser y la nada” de Jean-Paul Sartre.
Kierkegaard utiliza el relato bíblico de Abraham e Isaac para poner de relieve el conflicto entre la responsabilidad ética y el mandato divino, una tensión que vibra en el interior del alma de todo creyente y buscador de la verdad.
El salto de la fe
La angustia existencial
“Temor y temblor” de Kierkegaard abre un diálogo sobre la angustia existencial de tomar decisiones auténticas. Presenta la decisión de Abraham de sacrificar a su hijo Isaac como un momento de atroz conflicto interno, haciéndose eco de las luchas de “Memorias del subsuelo” de Dostoievski.
Al igual que el hombre del metro, Abraham se sumerge en un mar de desesperación e incertidumbre, cuestionándose su propia brújula moral y las ramificaciones éticas de sus actos. La angustia que siente Abraham refleja la condición humana, nuestra lucha constante entre el deseo individual y la responsabilidad ética.
Fe sublime
El quid de “Temor y temblor” gira en torno al concepto de fe, descrito como sublime e inexplicable. La fe inquebrantable de Abraham en el mandato de Dios, a pesar de su aparente contradicción con la ley moral, ejemplifica la paradoja de la creencia religiosa.
Es esta paradoja la que evoca un profundo sentido de asombro y respeto por el poder infinito de la fe, reminiscencia de las intuiciones místicas de “Las variedades de la experiencia religiosa” de William James. Kierkegaard nos lleva a reflexionar: ¿Puede la fe trascender la racionalidad y la ética? ¿Puede uno experimentar genuinamente lo divino saltando a lo desconocido?
Suspensión teleológica de lo ético
Lo ético y lo divino
Kierkegaard analiza la aparente tensión entre lo ético y lo divino a través de la ordalía de Abraham. Propone que a veces el mandato divino puede entrar en conflicto con las normas sociales y las leyes éticas, empujando a los individuos a un dilema moral.
Esta intrigante perspectiva crea una plataforma para que los lectores cuestionen y reflexionen sobre sus propias creencias morales y la esencia de la autoridad divina, generando curiosidad sobre la interacción entre la moral y la fe, similar a las reflexiones éticas de la “Fundamentación de la metafísica de la moral” de Kant.”
Finalidad superior
En este laberinto de conflicto ético y divino, Kierkegaard introduce el concepto de “suspensión teleológica de lo ético”. Abraham suspende sus obligaciones éticas, creyendo que sus acciones sirven a un propósito superior ordenado por Dios.
Esta profunda toma de conciencia se convierte en un faro de perspicacia, que incita a los lectores a explorar sus límites de fe y moralidad. ¿Es posible que, al entregarse a una vocación superior, uno pueda vislumbrar los profundos misterios de la existencia y el propósito divino que se esconde tras lo aparentemente irracional?
Existencia individual y subjetividad
Lucha personal
“Temor y temblor” explora sin descanso el tema de la existencia individual y la subjetividad, haciendo hincapié en la importancia de la lucha personal para alcanzar la autoconciencia y la verdad. La soledad del viaje de Abraham, su alejamiento de las normas sociales y su reflexión interior reflejan nuestro propio viaje en busca del sentido y la verdad.
Nosotros, como Abraham, experimentamos momentos de soledad y reflexión, que nos llevan al descubrimiento de nuestro auténtico yo, resonando con la exploración introspectiva que encontramos en “Self-Reliance” de Ralph Waldo Emerson.
Interioridad apasionada
Kierkegaard, en su exploración de la subjetividad, plantea la idea de la “interioridad apasionada”, haciendo hincapié en que la verdadera fe es profundamente personal y experiencial.
Defiende la idea de que, para comprender y vivir verdaderamente la propia fe, hay que interiorizarla, experimentarla y comprometerse apasionadamente con ella.
Esta interiorización personal y apasionada se convierte en una experiencia transformadora, que despierta el alma a la verdadera esencia de la existencia y de lo divino, inspirando un sentimiento de asombro y reverencia por el viaje espiritual que cada individuo emprende.
Conclusiones de Temor y temblor
Por último, “Temor y temblor” de Soren Kierkegaard es un clásico filosófico que invita a los lectores a emprender un viaje de autodescubrimiento e intensa meditación. Invita a explorar los secretos de la religión, las profundidades del dolor existencial y lo exquisito de la vida humana. El libro, con su denso tapiz de ideas y observaciones, crea una sensación de asombro y adoración comparable a las especulaciones filosóficas de Nietzsche, Sartre y Dostoievski.
Es más que un libro; es una experiencia, un viaje a la psique humana que revela destellos de lo sublime y lo profundo. Los sentimientos y reflexiones que evoca parecen similares a mi propio viaje a través de la complejidad de la religión y la vida, lo que me ha llevado a reevaluar mis creencias y mi conocimiento de lo divino.
Es un viaje transformador que ilumina el intelecto y nutre el espíritu, despertando el interés por la indagación filosófica y la investigación existencial.