Resumen de Cómo evitar la próxima pandemia
Cómo evitar un desastre climático fue publicado por Bill Gates el año anterior; este año, nos enseña Cómo evitar la próxima pandemia. ¿El año que viene también? Entonces, quizá nada. En su libro más reciente, afirma que no hay nada más crucial que encontrar soluciones a estas dos cuestiones. Los peligros existenciales más probables para los humanos son las pandemias y el cambio climático, incluida la posibilidad de un ataque bioterrorista.
Las Pandemias y sus estragos
Una de las pandemias más mortíferas de la historia está causando estragos, y habría que estar escondido bajo una roca para no saberlo. Un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado a principios de este mes, en el que se estimaba en 15 millones el exceso de víctimas mortales en todo el mundo -casi tres veces el recuento oficial de fallecidos de Covid- puso de manifiesto lo mortífera que había sido la pandemia. Según otras autoridades, puede haber un excedente de 18 millones de víctimas mortales en todo el mundo.
Son muchas personas, pero no son solo comparadas con la pandemia de gripe española de 1918-1919, que mató a unos 40 millones de personas, o más de 150 millones en todo el mundo según las estimaciones de población actuales.
Covid ha sido terrible, pero difícilmente es la “Grande”. Bill Gates afirma que ese espectro se abatirá sobre nosotros en un futuro no muy lejano, por lo que deberíamos empezar a prepararnos ya. “Será seductor creer que el próximo virus importante será tan contagioso y mortal como el Covid, y tan susceptible de desarrollos como las vacunas de ARNm. Pero, ¿y si no lo es? En su último libro, escribe.
Es una pregunta inteligente. En esencia, la sugerencia de Gates es que intensifiquemos nuestros esfuerzos actuales al tiempo que los aceleramos. Nadie puede predecir si la próxima pandemia será provocada por el coronavirus, el virus de la gripe o algún otro patógeno en el que aún no hayamos pensado, pero con mejores sistemas de vigilancia y diagnósticos de laboratorio, deberíamos ser capaces de identificar rápidamente al culpable y desarrollar contramedidas médicas antes de que el brote tenga la oportunidad de descontrolarse.
La importancia de la prevención
Y lo que es más importante, afirma, debemos “practicar, practicar y practicar” financiando un equipo de 2.000 bomberos pandémicos mundiales y realizando frecuentes simulacros de pandemia. Gates, a quien le gustan los acrónimos, llama a este escuadrón Germ, abreviatura de Global Epidemic Response and Mobilization (Respuesta y Movilización Global ante Epidemias).
Sin embargo, está de acuerdo en que si no somos capaces de subsanar las deficiencias de nuestros sistemas de respuesta ante una pandemia después de haberlas detectado, estas acciones no servirán para nada. Por ejemplo, la insuficiencia de almacenes de EPI fue uno de los puntos débiles en la preparación del Reino Unido para una pandemia de gripe identificados por el Ejercicio Cygnus en 2016, pero nadie siguió las sugerencias, lo que obligó al Reino Unido a mendigar y pedir prestado EPI a otras naciones cuando sobrevino la calamidad.
En una línea similar, los funcionarios estadounidenses habían anticipado durante mucho tiempo la importancia de los diagnósticos masivos en caso de pandemia. Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no aplicaron las pruebas Covid ni siquiera a una escala cercana a la necesaria, lo que dificultó el seguimiento de los contactos y la aplicación de medidas de aislamiento eficaces. Además, los gobernadores estatales a menudo no tenían claras sus respectivas responsabilidades debido a la estructura federal de gobierno de Estados Unidos.
Las consecuencias
Como resultado, EE.UU. tiene una de las tasas de mortalidad por COVID más altas del mundo. Por el contrario, las naciones que se habían visto gravemente afectadas por el Sars en 2003 y habían aprendido la lección respondieron con prontitud y contundencia al Sars-CoV-2, el coronavirus causante del Covid. Entre estas naciones se encontraban Singapur, Vietnam y Canadá.
Hasta ahora ha sido lógico. Sin embargo, si prevenir las pandemias fuera solo cuestión de mejorar la logística y depositar nuestra fe en las autoridades científicas, ya lo habríamos descubierto. No lo hemos hecho porque la ciencia está plagada de incertidumbres, sobre todo en las primeras fases de una pandemia, cuando puede faltar información precisa sobre la infecciosidad de un patógeno y su vía de transmisión.
Además, los científicos son susceptibles de tener puntos ciegos. Por ejemplo, en 2014, pocos científicos creían que el virus del Ébola, que anteriormente había causado epidemias en toda África central, constituyera una amenaza para naciones de África occidental como Sierra Leona y Liberia. De forma similar al Sars, pocos expertos creían que el Sars-CoV-2 fuera capaz de transmitirse de forma asintomática hasta que fue demasiado tarde, basándose en la experiencia del Sars, que fue fácil de reconocer para los médicos porque los individuos infectados se encontraban rápida y dramáticamente mal.
En otras palabras, la lucha contra las pandemias es una cuestión tanto tecnológica como epistémica. Mientras que los riesgos pandémicos reconocidos pueden anticiparse, las catástrofes denominadas “cisnes negros” son intrínsecamente imprevisibles e incognoscibles.
Si Gates ha tenido este problema, lo disimula muy bien. Sin vacilar, declara: “Soy un tecnófilo. “Mi martillo es la innovación”.
Conclusiones de Cómo evitar la próxima pandemia
Eso suena bastante optimista, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad de eliminar incluso un solo virus del planeta, algo que solo se ha conseguido con la viruela y con una enfermedad del ganado llamada peste bovina, y que no ha sucedido con la poliomielitis, que todavía persiste en algunos lugares a pesar de una campaña de décadas para deshacerse de ella. Pero, como dijo Arthur C. Clarke en su segunda ley de la ciencia, “la única forma de descubrir los límites de lo posible es aventurarse a traspasarlos hacia lo imposible”.
Queda por ver si algo parecido a un germen llegará a producirse, ahora que la atención del mundo se desplaza de la crisis del covid-19 a la catástrofe de Ucrania. Pero si Cómo evitar la próxima pandemia estimula aunque sea un poco la superación de los límites como sugiere el Sr. Gates, habrá servido bien a su propósito.