Resumen de Crepúsculo de los ídolos

Resumen de Crepúsculo de los ídolos

Resumen de Crepúsculo de los ídolos

En el prólogo de Crepúsculo de los ídolos, Nietzsche declara el propósito central del libro: examinar y destruir los ídolos (ideales o valores) anticuados que son responsables del nihilismo y la decadencia que asolan su sociedad contemporánea. Nietzsche “planteará aquí preguntas con un martillo” para llevar a cabo esta tarea.

Este resumen de Crepúsculo de los ídolos ha sido complicado de realizar, debido a la densidad del libro y la dificultad en este tipo de obras a la hora de realizar un resumen más concreto. Por ello, podréis observar que se ha realizado de una forma un poco distinta a la habitual. Por ello, creo que para entender este libro es mejor también leer El Anticristo, ya que tiene algunas relaciones, sobre todo al hablar del cristianismo

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Principales claves del libro

“Máximas y flechas”, al principio del Crepúsculo de los ídolos, consiste en una serie numerada de máximas (o aforismos) que critican mordazmente -y a veces con humor- la moral tradicional.

En “El problema de Sócrates”, Nietzsche cuestiona los juicios de valor de los antiguos filósofos. Condena a Sócrates por introducir la dialéctica en la filosofía occidental. Nietzsche cree que el pensamiento dialéctico es malo para la sociedad porque permite que las opiniones filosóficas más débiles ganen terreno. Además, anima a la gente a ser escéptica con la realidad de una manera que, en última instancia, devalúa la vida, incluso cuando pretende hacer lo contrario. Nietzsche concluye que el compromiso de Sócrates con el racionalismo extremo ha engañado a los filósofos y moralistas, haciéndoles creer que pueden eliminar la decadencia y la inmoralidad mediante la lógica y la razón. En realidad, “toda la moral de la mejora”, que incluye la moral cristiana tradicional, es la culpable de la decadencia que caracteriza al mundo moderno.

En “‘La razón’ en la filosofía”, Nietzsche acusa a los filósofos de adorar el pasado en detrimento de la valoración de la vida humana vivida. Las filosofías de Sócrates y Platón, en particular, han enseñado a la gente a desconfiar de sus “sentidos” y a considerar el mundo físico como “una ilusión”. Nietzsche cree que la gente debería confiar en sus sentidos, no condenarlos como prueba del estado caído y degradado de la humanidad. Concluye esta sección con cuatro proposiciones.

  1. La única realidad es la que podemos discernir con nuestros sentidos.
  2. Los conceptos que los filósofos anteriores han llamado “ser” (realidad) son, de hecho, “no-ser” (no-realidad).
  3. Es inútil considerar la existencia de “otro” o “mejor” mundo.
  4. Dividir el mundo en un mundo “real” y otro “aparente” -ya sea en términos cristianos (Cielo y Tierra) o filosóficos- significa una sociedad “en decadencia”.

“La moral como antinaturaleza” examina además las cualidades de la moral tradicional que desvirtúan la vida. En concreto, Nietzsche argumenta que la moral tradicional (y la moral cristiana en particular) suprime el instinto humano y, al hacerlo, “ataca la vida en sus raíces”.

La moral tradicional insta a las personas a controlar sus deseos a través de la eliminación, lo que Nietzsche piensa que es solo para personas de “voluntad débil” incapaces de ejercer la moderación. Nietzsche aboga, en cambio, por abrazar “un instinto de vida” para combatir la destrucción de la moral tradicional. Piensa que debemos abandonar la moral “antinatural” del cristianismo, que enseña que los instintos naturales son malos, por una “moral natural”, que abraza los instintos humanos (como el placer) como algo natural y bueno; al hacerlo, la humanidad puede afirmar la vida en lugar de rechazarla.

Los errores que cometemos

En “Los cuatro grandes errores”, Nietzsche propone cuatro grandes errores que la filosofía ha cometido a lo largo de la historia. El primer error es “confundir la consecuencia con la causa”. La mayoría de los sistemas tradicionales de moral son víctimas de este error. La religión, por ejemplo, afirma que la felicidad proviene de la virtud cuando, en realidad, comportarse virtuosamente solo es posible si uno ya tiene una vida feliz. Mientras que la Iglesia puede afirmar que el vicio conduce a la ruina, Nietzsche sostiene que el vicio es en realidad un síntoma de la ruina.

El segundo error es la “falsa causalidad”, que se refiere a cómo las personas creen erróneamente que controlan y pueden entender sus comportamientos cuando, en realidad, los motivos de una persona son misteriosos e instintivos. El tercer error es el “error de las causas imaginarias”. Nietzsche cree que la gente confunde su reacción a un estímulo con la causa de ese estímulo. La gente asigna un significado subjetivo a los acontecimientos que no puede controlar porque se siente incómoda con la incertidumbre.

Nietzsche llama a esto el “impulso creador de causas” de la humanidad, y cree que este impulso es el fundamento de toda la moral y la religión tradicionales. Finalmente, el cuarto error es el libre albedrío. Nietzsche sostiene que los teólogos inventaron el concepto de libre albedrío para que la gente se sintiera responsable de sus comportamientos inmorales y dependiera de la religión para su redención.

“‘Mejoradores’ de la humanidad”, critica a los filósofos y moralistas que a lo largo de la historia han intentado mejorar la humanidad. Nietzsche condena a estas personas por imponer marcos morales subjetivos a la sociedad. En cambio, Nietzsche cree que los filósofos deberían estar “más allá del bien y del mal”. Piensa que las personas que quieren “mejorar” el comportamiento humano en realidad están “domesticando” a la gente, creando así una clase de seguidores temerosa y servil.

“Expediciones de un hombre intempestivo” es la sección más larga del Crepúsculo de los ídolos. En ella, Nietzsche analiza -a menudo de forma crítica- a figuras culturales como George Eliot, Thomas Carlyle, Emerson y Schopenhauer, entre otros, para ofrecer una visión adicional de los problemas que aquejan a la cultura contemporánea. Sostiene que el arte no puede existir sin la embriaguez, un punto que examina a través de su concepto de lo apolíneo y lo dionisiaco. Otro punto que Nietzsche plantea en esta sección es su oposición a la política igualitaria y democrática de la sociedad contemporánea.

Nietzsche piensa que las instituciones sociales liberales del mundo moderno (que abrazan el altruismo y la igualdad en nombre de la moral) han hecho a las personas débiles de voluntad y cobardes. Han puesto en peligro la libertad y han impedido que las personas verdaderamente poderosas y grandes del mundo desarrollen su propio potencial.

En “Lo que debo a los antiguos”, Nietzsche vuelve a su ataque inicial contra Platón y la filosofía griega antigua. Sostiene que la filosofía platónica fue precursora del cristianismo. Además, su fijación en el ideal ha perjudicado enormemente a la humanidad. Nietzsche vuelve a invocar lo dionisíaco, argumentando que es la clave para que la humanidad recupere “la alegría externa del devenir” y la “voluntad de vida” que ha perdido a causa de años de filósofos y moralistas que le han enseñado a devaluar la vida y el instinto humano.

Conclusiones de Crepúsculo de los ídolos

Nietzsche adapta la breve sección final del libro, “El martillo habla”, de la tercera parte de una obra suya anterior titulada Así habló Zaratustra. En este capítulo, Nietzsche relata un diálogo entre un trozo de carbón vegetal y un diamante. El carbón vegetal le pregunta al diamante por qué él (el carbón vegetal) es tan blando cuando el diamante es tan duro; al fin y al cabo, están muy relacionados. Luego, hablando como el martillo (una imagen que Nietzsche resucita del prólogo de El crepúsculo de los ídolos), Nietzsche insta a su público a “endurecerse” y “crear” con él.

Si el resumen de Crepúsculo de los ídolos de Friedrich le ha gustado, otros libros del mismo estilo, como “Meditaciones“, “Invicto” o “Los mejores libros sobre estoicismo“, le encantarán.

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